Clara Campoamor: Pionera del Feminismo y de la lucha por la igualdad en España
He elegido a este personaje porque fue valiente en la defensa de unos ideales en tiempos convulsos y caóticos, marcados además en parte por la Guerra Civil, cuando muy poca gente se atrevía a luchar por la igualdad ,sí la igualdad política entre clases sociales por ejemplo, pero no entre sexos.
Clara Campoamor nació a finales del siglo XIX, una época donde las mujeres tenían limitadísimas posibilidades de desarrollo y realización personal y mucho menos profesional (incluso las familias adineradas permitían, como mucho, que las hijas estudiaran música o pintura, al ser consideradas habilidades de mero adorno en una mujer: no es la primera vez que he oído en otras personas que "mi abuela estudió piano...pintura...etc"). Sin embargo, a lo largo de su vida, ella abogó ferozmente por los derechos de las mujeres, especialmente por el derecho al voto, marcando un antes y un después en la historia del feminismo en España. Su contribución no solo se limitó al ámbito legislativo, sino que también impulsó una transformación cultural sobre el papel de la mujer en la sociedad.
Por escribir unos breves datos biográficos que ayuden a entender su contexto vital: Clara Campoamor Rodríguez nació el 12 de febrero de 1888 en Madrid, en el seno de una familia trabajadora. Su padre, contable, murió cuando ella era muy joven, lo que obligó a Clara a empezar a trabajar desde muy temprana edad para ayudar a su madre y a su hermano. A pesar de las limitaciones económicas, Campoamor siempre demostró un interés profundo por la educación y la superación personal, lo que la llevó a estudiar por las noches mientras trabajaba durante el día. En 1924, se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid, convirtiéndose en una de las pocas mujeres abogadas de la época. Además de abogada, trabajó como periodista y traductora, y desde esos ámbitos comenzó a involucrarse en la política. También participó en organizaciones feministas que luchaban por mejorar la situación jurídica y social de las mujeres, un contexto en el que se forjó su vocación por la lucha feminista. En 1931, elegida diputada del Partido Radical en las Cortes Constituyentes de la II República y desde su escaño, luchó incansablemente por la consecución de derechos fundamentales para las mujeres, siendo su principal victoria la aprobación del sufragio femenino en 1931. Sin embargo, sus ideas progresistas, y especialmente su creencia en el verdadero sufragismo, no fueron bien aceptadas por todos los sectores políticos, incluso dentro de su propio partido. Tras la Guerra Civil y el advenimiento del Franquismo, se vio obligada a exiliarse en varios países, incluyendo Argentina y Suiza, donde siguió defendiendo los ideales democráticos y feministas que habían forjado su trayectoria vital. Murió en el exilio en 1972 en Lausanne (Suiza).
En cuanto a su contribución al igualitarismo, ha sido recordada principalmente por su lucha en pos del sufragismo, como ya se ha dicho: en 1931 se debatía la nueva Constitución y el derecho al voto de las mujeres fue uno de los temas más controvertidos. En ese momento, el argumento en contra de otorgar el voto a las mujeres era que podían ser influenciadas por la Iglesia, por sus propios maridos o padres, y por una mentalidad más conservadora, votando masivamente a partidos de derecha. Incluso figuras feministas como Victoria Kent, compañera suya en el Parlamento, se oponían a la concesión del voto femenino en ese momento por miedo a estas posibles consecuencias.
A pesar de la oposición, Clara Campoamor mantuvo su postura con firmeza, defendiendo que "los derechos no debían otorgarse según cálculos políticos, sino por principios de justicia e igualdad". Su discurso en las Cortes fue una de las intervenciones más brillantes y apasionadas de la época, en la que subrayó que las mujeres no debían ser consideradas ciudadanas de segunda clase. Gracias a su lucha y su capacidad de argumentación, en diciembre de 1931 se aprobó finalmente el derecho al voto para las mujeres, convirtiendo a España en uno de los primeros países europeos en otorgar este derecho. Otros países teóricamente más avanzados que el nuestro no lo permitieron hasta mucho más tarde, el caso más curioso, y quizá extravagante, es Suiza, que lo instauró en 1972.
Si contemplamos sus otras luchas, defendió la igualdad de las mujeres en otros ámbitos de la vida pública y privada, así como reformas legales que garantizaban la igualdad en el matrimonio, la capacidad de las mujeres para ser testigos en los juicios y otras reformas civiles que eliminaban discriminaciones de género. En una época en la que las mujeres estaban relegadas al ámbito doméstico y no se les reconocían derechos civiles plenos, las propuestas de Campoamor supusieron un cambio radical que abrió la puerta a futuras generaciones de mujeres. Aunque la Guerra Civil y el Franquismo supuso un retraimiento posterior de estas conquistas, y aunque mi generación apenas se solapó con el franquismo, viendo documentales de la transición, me enteré de que a principios de los años 70 una mujer adulta no podía llevar a cabo cosas tan normalizadas hoy como abrir una cuenta corriente en un banco o llevar a cabo una compraventa, necesitando autorización del padre o el marido. Es obvio que a nivel social y cultural, ayudó a cambiar la percepción sobre la mujer en la sociedad española. En ese entorno completamente dominado por hombres, rompió con los estereotipos (no los "prototipos" como erróneamente se dice ahora) de la época y demostró que las mujeres podían participar plenamente en la vida política y jurídica del país. Su gran objetivo: el reconocimiento de la mujer como sujeto político activo y capaz.
Su contribución a la construcción de una sociedad igualitaria es innegable. Sin ella, es posible que el sufragio femenino en España hubiera llegado más tarde, y su defensa de los derechos de las mujeres estableció un precedente que inspiró a muchas feministas y políticas en las décadas siguientes. Su ideario entendía que la igualdad de género no era solo un tema de gracia o justicia social, sino una condición indispensable para la democracia y la libertad. Aunque fue rechazada por muchos de sus contemporáneos, la historia la ha reivindicado como una de las pioneras del feminismo en España, un destello de brillantez antes de la oscuridad que reinaría posteriormente.
¿Porqué me parece importante poner en valor esta figura? Por su imprescindible papel en la historia del feminismo en España, y también por su valentía y tenacidad en una época en la que defender la igualdad de género era enormemente impopular. Sus ideas, radicales para su tiempo, han marcado un camino de progreso que sigue vigente hoy. Ella nos recuerda que los derechos no se conceden, se luchan y a veces se ganan, y que la igualdad no es algo que se logre de la noche a la mañana, sino a través de generaciones de esfuerzo y sacrificio. Hoy, sin quitar mérito a las personas que reivindican el feminismo por convicción y no por intereses políticos, es mucho más fácil hacerlo que en esa época, donde las consecuencias y represalias podían ser gravísimas y desastrosas.
Necesitamos por tanto referentes para entender la historia de los derechos de las mujeres en España y el largo camino que aún queda por recorrer para lograr una igualdad plena. Clara Campoamor no solo luchó por el voto de las mujeres; luchó por una sociedad más justa, donde hombres y mujeres pudieran convivir en igualdad de condiciones.
Fuentes Consultadas:
Acosta, Carlos "Clara Campoamor: Vida y lucha por la igualdad." El País, 12 de marzo de 2021.
Campoamor, Clara "Mi pecado mortal. El voto femenino y yo". Editorial Horas y Horas, 2006.
García-Nieto, Clara "Clara Campoamor, la sufragista español". RBA, 2011.
Nash, Mary "Rojas: Las mujeres republicanas en la Guerra Civil Española". Taurus, 1999.
Paloma, Patricia "Clara Campoamor y el voto femenino en España." Revista de Historia Contemporánea, vol. 9, nº 2, 2013, pp. 124-135.
Rubiales Moreno, Amparo "Clara Campoamor: Una mujer en el origen del sufragio femenino" Espasa, 2017.
Tortajada, María "El legado de Clara Campoamor: Feminismo y democracia". Alianza Editorial, 2020.
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